Hola chicos. Hoy no me enrollo mucho, estoy ocupadísima, pero tengo que deciros que no sé si podré subir todas las semanas capítulo porque ha partir de esta semana comienzan mis exámenes y ya no paro hasta mediados de junio. Espero que disfrutéis del capítulo (:
-Sí.
-¿Desde cuándo?
-No lo recuerdo, desde hace demasiado. Pero no he querido
darme cuenta nunca, y ahora, por desgracia, lo he hecho.
Agacho la cabeza y miro al suelo. Las lágrimas llenan mis
ojos y están a punto de caer, pero Portia me sujeta la barbilla y me obliga a
mirarla a los ojos.
-¿Y sabes ya que vas a hacer en la arena? Todo el mundo va
con un plan. La mayoría de esos planes consisten en ganar los juegos, pero
siempre hay excepciones.
-Si lo que esperas es que cuide de ella para que gane, lo
siento, pero no puedo hacerlo. La quiero, pero mi prioridad es volver a casa
con mi familia, no puedo darme por vencido.
-Tampoco iba a obligarte a morir por salvarla a ella, Gale.
Es tu decisión.
Me levanto de la cama de golpe. No puedo quedarme ahí
sentado, con los ojos de Portia clavados en mí. Entro en el baño y doy un
portazo. Cojo los productos que hay junto a la bañera y los tiro al suelo con
toda la fuerza que tengo. Grito de frustración y me siento en el suelo, con la
cabeza entre mis rodillas. No sé cuánto tiempo paso en esta posición. Soy
interrumpido por Portia, que da unos suaves golpes al otro lado de la puerta.
Le digo que no voy a cenar y que no me moleste. Nadie vuelve a interrumpirme,
así que permanezco horas con los ojos fijos en las baldosas. Y en esta incómoda
posición, me quedo dormido.
A la mañana siguiente, unos fuertes golpes me despiertan.
-Gale, soy Haymitch. No cenaste ayer, ¿no piensas comer?
Me levanto del suelo y contemplo el desastre que hay a mi
alrededor. Hay trozos de cristal esparcidos por el suelo, y sus contenidos han
dejado marcas en el suelo. Abro la puerta un poco y me paso rápidamente a la
habitación, para impedir que Haymitch vea lo que hay en el interior del baño.
-Estás horrible, chico. Anda, vamos a comer y hoy intenta
recuperar fuerzas para mañana.
-¿Y el desayuno? – pregunto.
-Hace horas que desayunamos, Katniss vino a avisarte y, al
ver que dormías, prefirió no molestarte.
Haymitch sale de la habitación y yo me cambio de ropa. Aún
llevo el traje de las entrevistas. No tengo hambre, estoy acostumbrado a pasar
días sin comer en el Distrito 12, pero puede que en la arena pase más que días
sin probar nada, así que será mejor que hoy coma algo. Cuando llego al comedor,
Effie y Katniss ya están tomando el postre, y Haymitch ha terminado. Yo tengo
el estómago cerrado, así que apenas como, aunque lleno mi plato de todo lo que
hay en la mesa. Mientras como, puedo sentir los ojos de Katniss fijos en mí.
-Os dejamos solos, chicos. Seguramente queráis hablar de mañana.
Effie y Haymitch se marchan y nos dejan a solas. Después de
la conversación con Portia, no puedo dejar de pensar en Katniss y en cómo no me
he dado cuenta antes de mis sentimientos. Sé que Katniss sigue mirándome así
que finalmente decido levantar la cabeza y enfrentarme a su mirada.
-¿Hay algo de lo que quieras hablar?
-Tienes un aspecto horrible, Gale. – dice sin cambiar la
expresión de su cara.
-Es lo primero que he oído al despertarme.
De repente Katniss se levanta y se dirige a la puerta.
-Sinceramente no sé por qué nos han dejado a solas, creo que
no tenemos nada de lo que hablar. Nos vemos después, Gale. - y desaparece al
otro lado de la puerta.
Yo no termino de comer, en seguida sigo a Katniss y veo como
se encierra en su habitación. Yo entro en la mía y estoy a punto de chocarme
con una chica pelirroja. Sus ojos se clavan en mí y después miran hacia abajo.
Lleva unas bolsas en las que hay cristales. En seguida me siento culpable por
haber ensuciado el baño anoche, debería haber sabido que sería un avox el
encargado de recogerlo.
-Lo siento – digo sin apartar la mirada de las bolsas. Noto
como su mano se posa en mi hombro y se dispone a salir, pero yo sujeto su brazo
y la retengo. – Siento no haber hecho nada para evitar que mataran a tu compañero.
Ella me mira con los ojos llenos de lágrimas y niega con la
cabeza, después sale de la habitación. Echo un vistazo al interior del baño,
está perfecto, no hay rastro de lo que pasó anoche. Me tumbo en la cama y en
seguida me quedo dormido.
En mi sueño yo y Katniss corremos. Ella mira hacia atrás,
asustada. Nos acercamos corriendo a unas rocas y yo las escalo fácilmente.
Cuando llego arriba intento ayudar a Katniss. Le doy la mano para que la
sostenga y, cuando está a punto de cogerla, una lanza la atraviesa. Veo el
miedo en sus ojos y como, poco a poco, cae hacia atrás hasta llegar al suelo
con un golpe sordo. Miro a mi alrededor, intentando saber de dónde ha venido la
lanza, pero no hay nadie. Solo estamos Katniss y yo. Miro hacia abajo y contemplo
el cadáver de mi mejor amiga.
Una mano me despierta. Cuando consigo ver con claridad, me
percato de que hay unos ojos clavados en mí, pero no son los de Haymitch,
Portia o Katniss. Son los ojos de Clove.
-¿Clove? - me levanto corriendo. No sólo es Clove, tras ella
está Katniss. - ¿Qué haces aquí?
-Gale, ha ocurrido algo terrible – dice Katniss tras ella,
aunque noto que ella también está asombrada de tener a Clove en la planta doce.
-Los chicos del Distrito 8 han muerto, los dos.
-¿Cómo? – pregunto atónito. El Capitolio está especialmente
preparado para evitar la muerte de los tributos antes de llegar a la arena.
-No sabemos cómo ha sido. Nuestra mentora subió corriendo a
la planta ocho y Cato y yo subimos con ella. – me cuenta Clove - Había un
montón de gente, Gale. Nos dijeron que saliéramos de allí. Cato y yo hemos
estado avisando a todos los tributos. Esto jamás había ocurrido antes, no
sabemos cómo puede afectar a los juegos.
-Supongo que seguirán como si no hubiese pasado nada. Los
juegos ya han empezado, empezaron el día que salimos elegidos, y esto lo
demuestra.
-Lo que no comprendo – dice Katniss, mirando a Clove – es
cómo te permiten estar aquí, en nuestra planta.
-Ya te lo he dicho, estamos avisando a los demás tributos.
Todos los agentes están en la planta ocho, así que dudo que sepan que estamos
aquí.
Noto tensión entre ambas, así que decido llamar la atención
al menos de alguna para que dejen de mirarse.
-¿Tú qué opinas Katniss?
Consigo lo que me proponía ya que Katniss deja de mirar a
Clove y clava sus ojos en mí.
-Lo único que se sabe es que tenemos dos contrincantes
menos.
Se hace un silencio incómodo hasta que Clove lo rompe.
-Tengo que marcharme. Nos vemos mañana.
Clove desaparece dejándonos de nuevo a solas. Miro a Katniss
y, por un momento, veo con terror el rostro que ha aparecido en mi sueño. Un
escalofrío me recorre.
-¿Cuánto falta para cenar?
-Venía a avisarte cuando Clove apareció en el ascensor –
dice sin mirarme a los ojos. Mira hacia un lado de la habitación, con la mirada
perdida.
Me levanto y juntos vamos al comedor. Allí está solo Effie.
-Chicos – dice poniéndose en pie – hoy cenaremos solos,
Haymitch llegará más tarde.
Asentimos y nos sentamos para tomar nuestra última comida
aquí, en el Capitolio. La cena trascurre en silencio hasta que entra Haymitch.
Katniss y yo nos levantamos y vemos que nuestro mentor está extrañamente
pálido.
-Lo sabemos Haymitch – dice Katniss antes de que éste abra
la boca – Clove, la chica del Distrito 2, ha subido para avisar a todos los
tributos.
Haymitch frunce el ceño, extrañado, y se sienta en la silla
más alejada de la mesa.
-Nos han pedido que no os contásemos nada, pero debéis
saberlo. Antes de nada, por el bien de vuestra familia os pido que no hagáis lo
mismo, ¿de acuerdo?
Me asombro de escuchar a Haymitch hablando así, cuando
probablemente hay alguien escuchándonos ahora mismo. Katniss y yo asentimos, y
Haymitch sigue contándonos.
-Como sabéis, hay un espejo en vuestras habitaciones. Pues
bien, los chicos del ocho parece que nunca se han llevado muy bien. Se pelearon
en la habitación de la chica y con un trozo de espejo, el chico la mató. Después se suicidó. Ha sido horrible, parece ser que no encontraban las venas
importantes para desangrarse, así que estaban llenos de cortes.
Miro a Katniss. Tiene una cara de asombro similar a la que
debo de tener yo ahora mismo. No es imposible suicidarse, pero, como ha dicho
Haymitch, si lo hago ahora lo pagará mi familia.
-Séneca Crane, el vigilante jefe, ha decidido seguir con lo
planeado. Tendréis dos contrincantes menos en los juegos. Por lo demás, todo
sigue igual. Dentro de ocho horas, os despertaré y subiréis a un
aerodeslizador. ¿De acuerdo? Y ahora id a descansar.
Katniss y yo caminamos juntos hasta nuestras habitaciones.
Cuando llegamos a la puerta de la suya, se da la vuelta y me abraza muy fuerte.
-Cuida de mi familia, Gale. Si ganas, no dejes que mueran de
hambre.
-Te lo prometo, pero sólo si me prometes que tú harás lo
mismo si la que gana eres tú.
Me separo de ella y la miro a los ojos. Ella asiente, se
despide de mí y cierra la puerta. Yo camino hacia mi habitación, ha llegado el
momento, el momento de cambiar, de olvidar todo lo que ha sido mi vida
anteriormente. Ahora mismo, mi único objetivo, es ganar.
-Recuerda, Gale, no entres en el baño de sangre. No vayas a
la Cornucopia. Si puedes coger algo, cógelo, pero sal de allí en seguida. Busca
un lugar donde haya agua. Y no salgas de la plataforma antes de tiempo. Todo
está lleno de minas que desactivan al finalizar la cuenta atrás. ¿Está claro? -
Asiento.- Haz aliados, pueden serte útiles. Tu mejor opción es Katniss pero sé
que ella se ha negado. También sé que tienes muchas propuestas. Coge alguna.
-Prefiero hacer esto solo Haymitch. No confío en nadie.
-También pensaba yo eso, y me equivoqué.
-¿Te aliaste con alguien?
-Sí – y noto un poco de tristeza en su voz – me salvó la
vida. Podría haberme dejado allí tirado y habría sido un contrincante menos,
pero prefirió salvarme. Era una de las dos chicas de mi distritito.
Salimos del ascensor y veo un aerodeslizador justo delante.
-Ayúdanos Haymitch, eres el único que puede hacerlo. – Él
asiente y confío en que lo haga.-¿Un último consejo?
-Seguir con vida. Y ahora sube ahí y haz que te recuerden.
Del aerodeslizador cae una escalera de cuerda y yo me agarro
a ella. En seguida me recorre una corriente eléctrica y me deja petrificado.
Veo como asciendo poco a poco hasta llegar arriba. Allí, una mujer me sujeta el
brazo y me pone una inyección.
-¿Qué es?
-Para rastrearos – se limita a decir.
El viaje pasa rápidamente. Antes de lo que me gustaría, ya
he bajado. Dos agente me escoltan hasta una sala donde me espera Portia. Ella
me ayuda a vestirme. Llevo unos pantalones oscuros y unas botas. La camiseta es
de manga corta, por lo que supongo que pasaré calor, pero también me da una
chaqueta. Mirando la ropa podría ser cualquier tipo de terreno.
-Espero que sepas cuál es tu misión.
-Ganar – intentando demostrar que estoy convencido de ello.
Portia se acerca y me abraza.
-Espero también volver a verte, Gale Hawthorne.
Me separo de ella y la miro a los ojos.
-Queda un minuto – una voz que proviene de unos altavoces
hace que me sobresalte.
Me doy la vuelta y veo un cilindro en una esquina de la
sala. Me acerco a él y entro. Estoy preparado. Las puertas se cierran y lo
último que veo antes de que una plataforma me ascienda, es a Portia besando
tres dedos de su mano y levantándola sobre su cabeza.
Una oscuridad me invade. Comienzo a subir y a subir hasta
que la repentina luz me obliga a cerrar los ojos. Miro a mi alrededor y veo a
los demás tributos situados sobre sus plataformas. Dos de ellas están vacías.
Me encuentro con los ojos de Katniss. Cuando los separo me centro en la arena y
abro mucho los ojos.
Es un bosque.
PERFECTO
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado (:
EliminarSIGUIENTE. YA. TE. VOY. A. OBLIGAR. PARA. QUE. LO. SEPAS.
ResponderEliminarJajaja me va a ser difícil... Pero lo intentaré jajaja (:
Eliminarmuy bueno! metele con el siguiente1
ResponderEliminarLo subiré en cuanto pueda (:
Eliminar